
El alquiler eléctrico se frena por falta de recarga
El alquiler de coches eléctricos en España atraviesa una etapa de crecimiento moderado, marcado por obstáculos que frenan su expansión. Aunque las matriculaciones de vehículos eléctricos e híbridos aumentan año tras año, el canal del rent-a-car avanza a un ritmo más lento de lo esperado. La falta de infraestructura de recarga, los elevados costes de las flotas y la escasez de incentivos específicos son los principales motivos que explican esta situación.
La falta de puntos de recarga frena el alquiler eléctrico
El sector de alquiler de coches eléctricos en España se encuentra en una encrucijada. Por un lado, las empresas apuestan por la sostenibilidad y muestran interés en electrificar sus flotas. Por otro, la realidad les impone límites: la red de recarga pública aún es insuficiente para garantizar la autonomía y la comodidad que busca el cliente de alquiler. Según los últimos datos, de los más de 43.000 puntos de recarga disponibles en España, cerca de una cuarta parte no están operativos, y menos del 10% ofrecen carga ultrarrápida.
La consecuencia directa es un freno a la adopción. En 2025, las matriculaciones de vehículos eléctricos en el canal de alquiler representaron solo un 2,87% del total, una cifra que, aunque superior a la de 2024, sigue estando muy por debajo de las expectativas de crecimiento. Mientras tanto, los coches híbridos ganan protagonismo como alternativa más segura y práctica, logrando casi un 37% de cuota en el mismo periodo. La infraestructura juega un papel determinante: sin un número suficiente de puntos de carga confiables y repartidos de forma equitativa por el territorio, las empresas encuentran difícil justificar inversiones mayores en flotas 100% eléctricas.
Además, existe un componente de desconfianza por parte del usuario. Alquilar un vehículo implica movilidad inmediata y sin complicaciones, pero cuando el conductor teme no encontrar una estación de carga disponible o teme retrasos imprevistos, el atractivo desaparece. El resultado es una preferencia persistente por vehículos tradicionales o híbridos, que ofrecen un equilibrio entre sostenibilidad y practicidad. Hasta que la red de recarga no esté a la altura, el coche eléctrico seguirá siendo una opción minoritaria para el cliente de rent-a-car.
Las empresas de rent-a-car piden más incentivos y ayudas
Las grandes compañías del sector, junto con la patronal FENEVAL, insisten en la necesidad de un apoyo más decidido por parte de las administraciones públicas. Reclaman planes de incentivos específicos para la renovación de flotas, ya que las ayudas actuales, como el Plan MOVES, no incluyen de forma clara al rent-a-car. Esta exclusión deja fuera a un sector clave en la movilidad turística y urbana, en el que operan miles de pequeñas y medianas empresas. Sin esas ayudas, la inversión en vehículos eléctricos se percibe como arriesgada y de retorno incierto.
El coste inicial de los vehículos eléctricos es otro obstáculo importante. Aunque su mantenimiento resulta más económico a largo plazo, el precio de adquisición sigue siendo superior al de los modelos de combustión. Las empresas de alquiler, que dependen de ciclos de renovación rápidos y de márgenes ajustados, necesitan garantías fiscales y subvenciones que reduzcan el impacto de la inversión inicial. En este sentido, FENEVAL propone medidas como la deducción del IVA en la compra de coches eléctricos o la creación de líneas de financiación específicas para el sector.
Por último, el entorno regulatorio y las políticas medioambientales deben coordinarse mejor con la realidad operativa del alquiler. En destinos turísticos como las Islas Baleares, las restricciones de acceso a determinados vehículos o la falta de infraestructura adecuada complican aún más la electrificación de las flotas. Sin una estrategia conjunta que integre incentivos, mejoras en la red de carga y apoyo institucional, la transición hacia un parque de alquiler sostenible seguirá avanzando a una velocidad menor de la deseada.
El futuro del alquiler de coches eléctricos en España depende directamente de la mejora de la infraestructura de recarga y del impulso político y fiscal a las empresas del sector. La voluntad de avanzar hacia una movilidad más limpia existe, pero el entorno actual no acompaña con la rapidez necesaria. Mientras tanto, los híbridos continúan ocupando ese espacio intermedio que combina eficiencia y autonomía. España está en camino hacia una movilidad más sostenible, pero el coche eléctrico de alquiler necesita aún los cimientos adecuados para arrancar sin frenos.